Nuestro blog no se ocupa de temas políticos. Rafael Benjamín aprovechando que comentamos un libo de política nos envió la entrevista que publicamos de manera excepcional. No lo volveremos a hacer. Y que perdone nuestro querido vecino...
SOCIEDAD Y POLÍTICA: ENTREVISTA CON DON CARLOS MARTINEZ
Rafael Benjamín
Motivado por la lectura – transversal – del libro que Ustedes comentan: “Liquidando el pasado”, les envío la entrevista que le hice a Don Carlos Martínez, un viejo ebanista, ya retirado del oficio, del municipio de La Calera, cerca de Bogotá. Esta vez lo entrevisté en el parque del pueblo donde tomaba el sol y leía, ayudado con una lupa, una edición rústica de “La voluntad de poder” de Nietzsche. A pesar de la interrupción me atendió amablemente. Discutimos un poco sobre el libro. Sostenía el carpintero que Nietzsche había sido llamado nihilista de manera equivocada y que lo que había hecho era “diagnosticar” uno de los males de la cultura de Occidente que se encubre en el cristianismo: la negación del ser para si. Le expresé mi desacuerdo con su interpretación. Discutimos un rato sin llegar a un conclusión. Luego de un par de empanadas del “Olivar” quise picarle la lengua para conocer sus opiniones políticas, tema sobre el que, en otras ocasiones, se mostró reticente a hablar. Luego de comentar los últimos acontecimientos políticos y las dificultades del “Polo Democrático” el único partido de izquierda del país, y sus posibilidades o no de acceder al poder, hizo algunos comentarios que me parecieron interesantes y que me permito transcribir.
R.B.: ¿Se considera usted de izquierda don Carlos?
C.M: Me considero una persona de izquierda. La izquierda para mí se refiere a una corriente de pensamiento con raíces profundas en el pensamiento libertario y liberal proveniente de la Revolución Francesa, las utopías de T. Moro, Campanela, Prudhom, Saint Simon, el Padre de Las Casas, el movimiento obrero especialmente del siglo XIX, el anarquismo, el marxismo, la República Española, las frustradas Revoluciones Rusa, China y Cubana y el movimiento anticolonialista. La izquierda tiene muchos matices pero tiene como corazón una fe profunda en que eliminado la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción y devolviéndole al ser humano de manera integral su triple condición de pensador, productor y ser libre, en condiciones de igualdad y equidad, se pondría fin a la penosa sociedad capitalista que arruina la mayoría de las personas en beneficio de unos pocos y desvaloriza en general – de manera perversa – a los seres humanos.
R.B.:Pero el socialismo que históricamente se ha dado poco respeta el derecho a la libertad...
C.M.:Ningún sistema Rafael, ninguno que yo sepa. Es una promesa de la democracia
(Enciende un tabaco y se queda pensativo... continúa)
Pensar, producir y gozar de libertad, en condiciones de igualdad y equidad comprende campos complejísimos de la realidad social y humana que es cierto, no se han dado en los países que abrazaron el socialismo burocrático. La igualdad y la equidad son condiciones esenciales. La relación armónica de estos elementos en los sistemas políticos que históricamente se han fundamentado en el socialismo nunca se ha podido resolver. La producción ha subyugado los otros campos. Los ha negado. Tampoco se ha podido construir sociedades igualitarias y equitativas. Los aparatos de poder, llámense partidos del proletariado, ejércitos del pueblo, son expresiones excluyentes e inequitativas de la manera como se ejerce el poder. Por eso hasta ahora, el socialismo real o burocrático ha fracasado.
R.B.:¿Pero que significa pensar, producir y ser libre?
C.M.: Pensar se refiere no sólo al ejercicio del pensamiento sino que también al acceso que debe tener todo ser humano a los logros universales de la ciencia y la tecnología, el arte y la cultura.
Producir es reivindicar el trabajo como una actividad esencial del ser humano en su triple cualidad de actividad sociable, creativa y altruista.
Ser libre, es no padecer la coerción ni del sistema político, ni del sistema económico para el ejercicio del trabajo y el pensamiento y poder gozar de los derechos humanos fundamentales.
R.B.: ¿Y la igualdad y la equidad?
C.M.: La igualdad es la condición según la cual todos lo seres humanos tenemos las mismas oportunidades para el pleno desarrollo como personas pensantes, trabajadoras y libres.
La equidad se refiere al distribución justa de los beneficios que se derivan de la actividad social productiva.
R.B.: ¿Pero en síntesis que tipifica el pensamiento de izquierda?
C.M.: El pensamiento de izquierda cree más en la razón que en la fuerza de las armas; en la democracia representativa con autonomía local, que en el ejercicio hegemónico del poder; en las libertades personales que en la censura y la represión; en la pluralidad y coexistencia de las corrientes políticas y de pensamiento, que en las ideologías únicas; en el planeta tierra como la patria de todos, que en el nacionalismo; en la propiedad de toda la sociedad, que en la propiedad privada. El pensamiento de izquierda cree en los sistemas de economía solidaria, en la educación como un proceso continuo y libre de acceso, aprendizaje y generación de pensamiento. y en general, en la persona humana como sujeto de la construcción social de la nueva sociedad.
R.B.: ¿Y en Colombia como ha sido la izquierda?
C.M.: El pensamiento de izquierda es pobre en Colombia. La clase obrera – excepto algunos chispazos de los años 30 – no ha generado corrientes de pensamiento. Los intelectuales, con la excepción de aislada de personas como Antonio Molina, Antonio García, Diego Montaña Cuellar ,Estanislao Zuleta, poco han aportado a este pensamiento. La izquierda en este país se ha dedicado a copiar de mala manera y sin crítica alguna modelos y estereotipos venidos de fuera o a especular sobre economía sin mirar las condiciones reales de existencia de la población y sin estudiar la geografía del poder político en Colombia y el mundo. Al igual que en los partidos tradicionales el fanatismo religioso Español, heredado de la colonia, fue trasmutado, en los aparatos de poder (partidos, guerrillas), por el peor de los fanatismos políticos. No hay cosa más triste que asomarse a la literatura marxista producida en el país. Frases de cajón, prejuicios, lugares comunes.
R.B.: ¿ Ve Usted algunas posibilidades en la izquierda?
C.M.: Quizás se esté incubando una nueva fuerza espiritual capaz de poner patas arriba este viejo orden fundado en el egoísmo. Y cansado y corto de vista, yo no la perciba plenamente, aunque he oído su rumor, he visto su débil luz en los ojos de mucha gente joven, adivino su peso en las mochilas de los estudiantes y su melodía – todavía ahogada – en la libertad que expresan la música sinfónica contemporánea, el jazz y el rock cundo no están sometidos a la dictadura del comercio, la propaganda y el dinero.
R.B: Pero no veo en el horizonte organizaciones sociales que vallan en esa dirección...
C.M.: En cada época algunos visionarios construyen un sueño de paz y de libertad. Son ideas - acción. En momentos coyunturales el conjunto social se mueve hacia esos ideales de paz y de libertad. Hay conquistas momentáneas donde la paz y la libertad se acompañan con la igualdad de oportunidades y justicia social. Destellos históricos que pronto desaparecen ahogados por los aparatos de poder que a nombre de esos principios le niegan la libertad a otros, no toleran las diferencias de pensamiento, le cierran el camino a la participación de las minorías que se atreven a pensar en tiempos de crisis, y en vez de la justicia y la igualdad, instauran o el terror y el poder de las burocracias armadas, o el poder del capital que corrompe, destruye el tejido social y fragmenta la sociedad humana en islas-prisión, cada una con sus emblemas de consumo, su miserias y su remedo de libertad. Hasta que nuevos visionarios piensan en otro horizonte…y se atreven…
Tal vez sea Javier Otálora, no Borges que era un cínico, quien comparta conmigo y con muchos otros, ese acto de fe de ser colombianos. Una ficción necesaria. Fe en un país con una historia llena de crueldades pero también de heroísmos. Fe en que más allá del exilio permanente del espíritu hay una esperanza. Fe en que, algún día, sobrevendrá la paz y la justicia sin las vicisitudes de la guerra sucia que padecemos.
R.B.: ¿Y el papel de los partidos políticos?
C.M.: Los partidos tradicionales están mandados a recoger. Son empresas electorales para entrar a saco a las arcas de los recursos públicos.
R.B.: Pero los partidos de oposición han cumplido un papel importante interpelando al establecimiento...
C.M.: El sistema no oye argumentos. Tampoco sus partidos de oposición. No tienen oídos. Pero las personas si... hay que persuadir, convencer con argumentos y movilizar la enorme capacidad del espíritu humano. Eso es lo que se entiende por trabajo político.
R.B.: Eso fue sustituido aquí por la llamada propaganda armada
C.M.:De acuerdo. Una idea equivocada que fomentó el mismo Che Guevara. Nada hay más perverso y estúpido que la arrogancia del poder y de las armas. Nada más triste que la justificación de la muerte para ejercer el poder.
R. B.: Los grupos armados tienen una concepción vanguardista, no creen en el poder de la crítica social y desconfían de los intelectuales
C.M.: Igual que la derecha. Triste y horrible fueron las arengas de Franco el dictador español: ¡Viva la muerte! ¡Abajo la inteligencia! Frases que pusieron al descubierto la cruda realidad del totalitarismo. Triste y horrible es ver a los violentos de todas las orillas justificando su barbarie y sus atropellos contra la sociedad civil con argumentos maquillados – "es que la guerra es así " como dice el Mono Jojoy– o directos y cínicos. Vale la pena recordar lo que dijera Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936 . (Recita) “…Acabo de oír el necrófilo e insensato grito ¡Viva la muerte! Y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían, he de decirles, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente…Este es el templo de la inteligencia… están profanado su recinto. Vencerán, porque tienen sobrada fuerza bruta. Pero no convencerán. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitan algo que les falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pedirles que piensen en el país”.
R.B.: ¿No exagera Usted al asimilar los grupos de izquierda a la derecha?
C.M.: Si uno quiere conocer la estupidez del fascismo, del totalitarismo militar, del desconocimiento e irrespeto a la vida privada y de los derechos y la dignidad de las personas, es suficiente que se asome a como funciona un grupo de izquierda revolucionaria ¿cómo serán los grupos de derecha entonces?
R.B.: ¿La revolución China lo entusiasmó don Carlos?
C.M.: Por supuesto que sí, aunque en realidad no soy un fervoroso creyente de los movimientos de masas. Tuvo episodios tan absurdos como el endiosamiento de Mao, y la llamada Revolución Cultural, tan absurda como sus móviles, y después el gran cambio hacia el más infeliz y salvaje de los capitalismos a expensas de los campesinos y pobres, los mismos que ofrendaron sus vidas para construir la China de hoy. Los textos maoístas, el librito rojo, las cuatro tesis filosóficas, los escritos político militares no eran otra cosa que documentos, sacados de contexto, que justificaban y encubrían la pobreza intelectual y los harapos de un grupo de emergentes revolucionarios colombianos.
R.B.: ¿Y la cubana?
C.M.: Fue un intento maravilloso. Un sueño. Pero no aguantó. El asedio externo y el ejercicio despótico del poder interno desvirtuaron el proyecto en la práctica, pero pervive...pervive en el pueblo cubano que es de un heroísmo admirables. Por mi parte creo mucho en la intelectualidad independiente de la isla
R.B.: ¿No cree Usted que la globalización afectó los proyectos políticos socialistas de corte nacionalista?
C.M.: Es posible. El nacionalismo no es un atributo del socialismo genuino que es internacionalista. Pero la globalización exacerbó otros nacionalismos.
R.B.: No veo claros los efectos positivos de la globalización...
C.M.: La globalización tiene dos tendencias una cultural y otra económica. Y son contradictorias. Mientras la una tiende a elevar la condición humana hacia una solidaridad planetaria, la segunda impone un modelo económico, el capitalismo global, cuyos modelos de apropiación y enriquecimiento privado se hacen a costa del bienestar de la mayoría. Y la globalización cultural, humanista – que hizo parte del proyecto de modernidad del renacimiento, de la revolución francesa y de la utopía obrero-socialista, se ha pervertido por la globalización propuesta por el mercado. La cultura, un patrimonio de las personas, de los pueblos y de la humanidad se ha convertido en un mercado. No se globalizan los valores sino los patrones de consumo. Emblemas de consumo.
La protesta actual contra la globalización es bien contradictoria. Protestan juntos, hombro a hombro proteccionistas – de monopolios económicos -, sindicalistas privilegiados, ecologístas y tercermundistas. En la confusión de los tiempos se parte de una intuición que pone en tela de juicio los beneficios del nuevo orden mundial. Es todavía una respuesta primitiva – de masas – a un fenómeno que merece mayor atención: La nueva acumulación capitalista, especulativa, global, que muele en sus ruedas financieras la economía de los países y los pueblos que no alcanzaron en el siglo XX un desarrollo industrial y a las masas de trabajadores – muchos de ellos inmigrantes – de los países llamados desarrollados. La protesta contra la OMC y el G8, son los primeros pasos de una resistencia civil que, es posible, tome un rumbo importante y presione cambios significativos en el orden internacional.
Pero no hay que hacerse ilusiones. El mundo se mueve hacia un nuevo orden despótico fundado sobre la información y el control de la vida personal por parte de los estados y empresas privadas para-estatales (como las compañías de seguros) que necesita, para ser contrarrestado, de una auténtica revolución espiritual.
R.B.: ¿Y cual es el papel de los Estados Unidos en todo esto?
C.M.: Es una potencia en decadencia. No va a resistir el empuje neocapitalista de China, la India y quizá la misma Rusia, pasto de las mafias. Son países de mayor plusvalía relativa, allí la tasa de ganancia es más alta fruto de la explotación desmedida del trabajo.
R.B.: ¿Habrá un reacomodamiento de la geopolítica?
C.M.: Sin duda que sí. Con terribles desgracias para el mundo no industrializado y en especial para los pobres
R.B.: Ahora veo cierto conformismo político en la gente...
C.M.: El drama del dominado surge cuando cree que lo que le dicen quienes lo dominan es cierto, y trata de parecerse a quienes lo dominan. Pero hay también inconfomidad. Lo que pasa, de un lado, es que la protesta social es malinterpretada en este país, es reprimida, es vista como algo malo, y de otro, el periodismo - prensa, radio, TV - todo lo vuelve una frivolidad. !Qué pena!
Quise entrar a temas más actuales pero se levantó y se marchó. Estaba fatigado. Me prometió que volveríamos a hablar.
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