Luz Helena García visitó los indígenas Nukak, un pueblo tradicionalmente en aislamiento voluntario, pero hoy refugiado, en condiciones miserables, en un lote cerca al municipio de San José. Los Nukak llegaron huyendo del conflicto armado pues su territorio, de propiedad colectiva, reconocido por el Gobierno Nacional, ha sido ocupado por narcocultivadores y actores armados. El cambio de hábitos de vida y el contacto con la colonización ha ocasionado entre los indígenas enfermedades y malnutrición. Reducidos a la condición de mendigos esperan volver a la tierra que un día fue suya y donde podían ir libremente recolectando los frutos del bosque. Es irónico que mientras se declara el conocimiento sobre naturaleza de los Nukak como bien de interés cultural de la nación, los Nukak estén al borde de la extinción. Devolver a los Nukak a la selva no es fácil, se necesita crea las condiciones de seguridad para que no sufran el desplazamiento forzado, devolverles la salud y restañar las heridas causadas a su dignidad como pueblo y como personas. Los informes médicos son alarmantes. Mientras tanto, loe entes responsables de la política indígena del Gobierno de Colombia, amén de reuniones, no hacen nada real por uno de los últimos pueblos nómades de la selva que quedan en el país.
Las fotos que acompañan estas notas fueron tomadas por Luz Helena García en su viaje.
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