Foto tomada de Internet
Colombia está en un momento crítico de su historia. El próximo 15 de junio los colombianos deberán escoger presidente, y elegir entre mantener el proceso de paz que viene dándose en la habana entre el grupo insurgente de las Farc y el Gobierno Nacional, o continuar con la confrontación. El escritor colombiano William Ospina en una columna pública ha afirmado su intención de voto en favor del candidato del movimiento político "Uribe - Centro Democrático", de extrema derecha. Esto ha desatado una intensa polémica sobre el papel de los intelectuales en el contexto actual del conflicto armado colombiano.
Carta a William Ospina
Por
José Zuleta Ortiz
Querido William:
Siempre he pensado
que los intelectuales deben actuar, y que más allá de la retórica ideológica de
sus ideas, un intelectual, incluso un pensador, debe asumir acciones políticas.
Lo aprendí en casa; en1958 mi padre y mi madre se fueron a vivir al
páramo de Sumapaz con la intención de ayudar a formar a los campesinos que se
organizaban bajo el liderazgo de Juan De La Cruz Varela. Allí vivieron hasta
que el advenimiento de mi hermana mayor los obligó a regresar. Muchos años después,
entre 1985 y 1989 mi padre estuvo trabajando como consultor de paz para las
Naciones Unidas y viajó varias veces a los campamentos guerrilleros del M19,
para convencerlos de que entre dos males: la guerra o nuestra democracia, era
preferible, con todas sus inequidades y miserias, nuestra democracia. Hoy
los ex guerrilleros de esa agrupación aseveran que sus ideas y su
argumentación, fueron muy importantes para que El M19 decidiera desmovilizarse.
Ayer leí aterrado tu columna (y confieso que no la volveré a leer para no
volver a sentir el espanto y la tristeza que me produjo su lectura) en
ella dices entre otras cosas que: “considero a Zuluaga el menor de los dos
males.”(…) “una paz sin Uribe es como una mesa de dos patas.” Uribe y Zuluaga
representan ya a otro sector de la sociedad. Sé que no representan a los pobres
ni a los excluidos, sé que cada vez necesitamos con más urgencia la Franja
Amarilla, pero ya no representan a esa vieja élite clasista, racista, que
gobernó al país por muchas décadas y nunca supo qué país era este”. La verdad
William me tocó releer, frotarme los ojos, para saber si era verdad que
decías lo que decías. Sabes que muchas personas en Colombia te consideraban un
pensador de nuestra sociedad, creían en ti, leyeron tus libros tratando de
encontrar en ellos una hebra de luz sobre la penumbra de nuestra realidad. Hoy
siento que has decepcionado a mucha gente. Y tengo la sensación de que en tu
escrito hay una vanidad que te enceguece. Quiero creer que es eso, tu vanidad,
y no tus ideas lo que te llevó a hacer tales afirmaciones. Digo que tu vanidad
porque detrás de tus argumentos gravita un “sé”, “sé”, “sé”: yo sé más
que todos y veo más lejos. No querido William, estás muy equivocado, y algo
peor, estas confundiendo a mucha gente. Entre los dos males que se ciernen
sobre el futuro de Colombia el peor es Uribe. De eso no te quepa la menor duda.
Te recuerdo un texto de mi padre (a quien tanto citas) sobre la Guerra:
“Si alguien me
objetara que el reconocimiento de los conflictos y las diferencias, de
su inevitabilidad y su conveniencia, paralizaría en nosotros la
decisión y el entusiasmo en la lucha por una sociedad más justa, organizada
y racional, yo le replicaría que para mí una sociedad mejor es una
sociedad capaz de mejores conflictos. De reconocerlos y de contenerlos.
De vivir no a pesar de ellos, sino productiva e inteligentemente en
ellos. Que solo un pueblo escéptico sobre la fiesta de la guerra, maduro
para el conflicto, es un pueblo maduro para la paz”. Estanislao
Zuleta
Tu amigo José Zuleta
.
De:
Gabriel Jaime Franco
Fecha:
1 de junio de 2014
Asunto: Lo de William
Para:
ntcgra@gmail.com
Queridos
amigos de NTC:
He leído, con
estupefacción primero (pensando que se trataba de una ironía y que párrafos más
adelante me encontraría con otra cosa), y con rabia y tristeza después (una vez
que tuve el valor de leerla entera), la lamentable, irresponsable y
casi criminal columna de William Ospina en la que con argumentos
peregrinos y febles explica por qué votará por el señor Zuluaga. Sigo sin
entender, la razón me desasiste y huye: lo que he leído, ¿es lo que he leído? Y
sí: es lo que he leído. Y no entiendo. Como no entiendo la todavía más
feble posición de Jorge Enrique Robledo, Clara López y la dirigencia toda del
Polo, que en un arranque de “pureza” ética han optado por una blancura que es
también casi criminal, pues no puede ser sino criminal soslayar un hecho
inocultable: que el triunfo de Uribe es el triunfo de asesinos pillados en
flagrancia, que el voto por Uribe y su muñeco es la elección de otros 100 años,
ya no sólo de soledad, sino de muerte.
Sé que votaré por Santos
con agriera, pero sé también que no he elegido el fascismo, que mi opción no es
ni será la sombra, que mi bandera no es luto. El mismo día de las elecciones,
en la noche y entre lágrimas de impotencia y rabia, escribí el poemita que
encontrarán líneas más abajo, que dedico ahora a William Ospina y a los
electores paisas. Están en libertad de publicarlo, si es que ética y
estéticamente les parece que se sostiene. Va mi abrazo afectuoso,
Gabriel Jaime Franco
El
triunfo de la muerte
He aquí
el tiempo de los asesinos
Rimbaud
Quien siempre ha vivido en la
sombra
Tiene miedo de la luz.
Quien no vio y vivió sino
en lo oscuro
no tiene nostalgia de la luz:
Elige entonces lo suyo: la
sombra, lo oscuro,
Y en ellos, en lo oscuro
y en la sombra,
se agazapa,
Se encoge y se recoge.
Más muerte, dice, más
sombra, grita,
No me den luz,
Déjenme aquí, no me den luz,
Esa cosa imposible y lejana que imagino,
Esa cosa lejana que imagino y me da miedo.
No me den luz,
Esa cosa lejana que imagino y que no veré nunca,
Déjenme en lo oscuro, dice y grita,
Déjenme en lo oscuro:
Es el único sitio que
conozco.